Los gatos son animales que la gente ama mucho. A excepción de un grupo selecto de personas, otros los aman. Muchos los tienen como mascotas y otros, cuando ven uno en la calle, intentan acariciarlo y llamar su atención.
Pero sabemos que los gatos son animales muy ágiles y útiles para la caza. Cuando dejamos a nuestro gato mascota, puede convertirse en una seria amenaza para otras especies. ¿Cómo puede una criatura tan adorable como un gato convertirse en un arma de caza?
El gato como depredador
Los gatos nos han estado ayudando durante generaciones para controlar plagas de roedores Además de ser nuestras mascotas y mostrarnos un cariño incondicional el uno por el otro. Si bien siempre se dice que los gatos son muy egoístas y consientes, la palabra que mejor los define es esta: inteligente. Los gatos saben muy bien qué es lo mejor para sobrevivir y dónde hacerlo mejor.
Es bueno que la astucia pueda hacer que nuestro gato, si lo dejamos como mascota y lo dejamos en su entorno natural, se vuelva salvaje y se adapte al entorno y se convierta en una máquina de caza para sus necesidades.
Durante décadas, se han documentado los efectos negativos de los gatos salvajes en los ecosistemas naturales, ya que matan a un gran número de individuos de otras especies. Las aves se encuentran entre las más afectadas por el gato montés. Recientemente se publicó un nuevo estudio demuestra y reafirma la seriedad de los gatos en Australia.
La historia del gato
Los primeros gatos fueron traídos a Australia por colonos ya en 1804. Años más tarde, la negligencia de sus amos facilitó su huida y huida, se adaptó a las nuevas condiciones de vida y se volvió salvaje. Así se convirtieron los dóciles gatos que cumplieron el rol de cariñosas mascotas animales salvajes y cazadores natos.
Como resultado, estos gatos salvajes han empujado a casi 20 especies nativas a Australia al punto de la extinción y han dañado a muchas otras.
Un estudio publicado esta semana en la revista Biological Conservation por expertos de varias universidades australianas muestra que los gatos salvajes, descendientes de gatos domésticos, actualmente ocupan el 99,8% de la superficie de Australia, incluyendo casi el 80% de la superficie de sus islas. El problema con esto es que Australia fue el único lugar en la tierra que evolucionó y evolucionó sin la presencia de gatos además de la Antártida. Por lo que se considera una especie invasora y muy mortal.
Los gatos como especie invasora en Australia
Un estudio conservador muestra que el número de gatos en Australia fluctúa entre 2,1 y 6,3 millones de copias. Este rango en el número de individuos depende de si las condiciones ambientales son más adecuadas para su reproducción y caza. Estas condiciones ambientales hacen que el gato sea una verdadera amenaza para el resto de especies en Australia Además, estas cifras solo cuentan los ejemplares que viven en el medio natural, no los ejemplares silvestres que viven cerca de granjas y en entornos urbanos.
Dado que las especies naturales del continente australiano crecieron, evolucionaron y evolucionaron sin la presencia de gatos, son muy susceptibles a ellos ya que no pudieron evolucionar durante su desarrollo. Mecanismo de defensa ante la astucia de estos animales. Por ello, la necesidad de reducir el número de gatos es inminente, aunque hay que hacerlo con métodos respetuosos.
Un censo de población encontró que la densidad de gatos tanto dentro como fuera de las reservas naturales era la misma que en los parques nacionales, y se concluyó que estas áreas están protegidas y designadas como reservas naturales. No son suficientes para proteger la fauna autóctona.
Como puede ver, los gatos pueden ser tan adorables como destructivos. Por tanto, si tienes un gato como mascota, no te canses sino cuídalo y dale mucho cariño para que no se convierta en auténticas máquinas de matar.