La demanda de maíz amarillo ha ido creciendo año tras año desde que uno de sus Actualmente produce principalmente biocombustibles.
Sin embargo, varios organismos internacionales han advertido que, según diversos análisis publicados entre 2010 y 2017, los efectos de mapear estos productos agrícolas como combustibles en lugar de alimentos.
En el informe «El futuro de la alimentación y la agricultura: tendencias y desafíos”Publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se estima que para 2050 La agricultura debe producir más del 50% de los alimentos y los biocombustibles de los que se producen hoy para satisfacer la demanda mundial.
Un aumento significativo en el área de producción agrícola significa más alimentos, pero esto también tiene efectos negativos.
El documento antes mencionado establece que, Cuanto mayor es la producción de alimentos, más directamente afecta al medio ambiente.
Durante los últimos 20 años, la expansión agrícola se ha mantenido con un promedio de 4.900 millones de hectáreas en todo el mundo, teniendo también en cuenta la desaceleración de la pérdida de cobertura forestal entre 2010 y 2015.
Sin embargo, la FAO afirma que siempre ha habido diferencias regionales en los indicadores regiones tropicales y subtropicales En esos 20 años han perdido 7 millones de hectáreas de bosque al año. El aumento de la superficie agrícola fue de 6 millones de hectáreas por año.
Los países con los ingresos más bajos sufrieron la mayor pérdida neta anual de superficie forestal y la mayor ganancia neta anual en tierras agrícolas.
El CFS, Comité de Seguridad Alimentaria Mundial, advierte que desde principios de 2013, es decir, desde que la producción de biocombustibles conlleva riesgos en términos ecológicos, sociales y económicos. Para este propósito y para su uso en la producción de alimentos, ya se está creando competencia entre cultivos.