Después de tanto tiempo de debate y de lo que pasará con la Central Nuclear de Garoña, por fin tenemos la respuesta final del gobierno. Se decidió no renovar el permiso de reapertura de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos).
La planta de energía nuclear ha estado fuera de servicio durante cinco años y ya no se procesará después de la decisión del gobierno.
Garoña no volverá a abrir sus puertas
Esta decisión se tomó finalmente porque se espera que el cierre definitivo de la instalación tenga poco impacto en la red eléctrica española. La aportación energética de la central nuclear a España fue de tan solo 400 megavatios. Otro motivo por el que no se decidió reabrir Garoña es la incertidumbre política y económica sobre la amortización de las inversiones necesarias para que la instalación vuelva a funcionar. Esto se debe principalmente a la oposición de la mayoría de los grupos políticos opuestos a la reapertura de Garoña.
El decreto ministerial que se niega a renovar el permiso se firma «inmediatamente». Se recuerda que la central nuclear es antigua y una de las primeras de su generación, apenas queda en Europa y su aportación al sistema eléctrico es casi nula. El cierre definitivo tampoco tendrá ningún impacto en el precio de la electricidad.
La decisión de no renovar el permiso se tomó para analizar el contexto de clara oposición política y tener en cuenta que las empresas querían utilizar este tema como un «elemento de presión» para modificar el reglamento. También se analizó el proyecto de ley propuesto por el PSOE para cerrar Garoña. que contó con el apoyo de todos los grupos políticos menos el PP.
Actualmente hay cinco plantas activas en el país, un total de siete reactores, y dos más, Vandellos I (Tarragona) y José Cabrera en Zorita (Guadalajara), están en fase de desmantelamiento, a la que seguirá Garoña.