En términos de nutrición, las opciones pueden variar según la región del mundo. Hace unos años, los occidentales consideraban repugnante comer insectos, lo que es más típico de ciertas culturas exóticas que manipulaban el arte de consumir grillos como bocadillos o langostas como aderezo para ensaladas.
Con el tiempo, la entomofagia, o el movimiento que implica el consumo de alimañas, se ha extendido a otros países a pesar de la legislación pertinente. Afortunadamente, comer insectos es legal en España desde hace unos días.
Dietas nuevas
Las dietas occidentales están muy alejadas de las orientales y fomentan hábitos de consumo en los que nunca hubo lugar para hamburguesas de insectos o brochetas de escarabajos. Sin embargo, muchos expertos comenzaron a justificar la entomofagia, nombre que se le da al consumo de insectos, con el fin de paliar la pobreza futura y redefinir la dieta gracias a su alto contenido en proteínas.
De esta manera, varios restaurantes de todo el mundo han comenzado a mezclar grillos en sus ensaladas y las granjas orgánicas han estado experimentando con nuevos productos. Hasta ahora, sin embargo, el consumo de insectos aún no se ha permitido en países como España. Hasta ahora.
Desde el 1 de enero, la Unión Europea ha permitido la comercialización y consumo de insectos en nuestro país. Insectfit, con sede en Valencia, se encargará de distribuir hasta 10.000 barritas energéticas de harina de grillo. Este podría ser un primer paso que podrían seguir las hamburguesas hechas con saltamontes o las galletas hechas con harina de insectos.
El hecho de que los insectos se incluyan en la dieta de los españoles a través de productos procesados se ha convertido en la estrategia perfecta a la hora de introducir este tipo de alimentos en los hábitos de consumo de una población española que siempre ha visto a los escarabajos o los grillos como elementos repulsivos. Un primer paso que no garantiza el éxito total, pero que va acompañado de una rigurosa campaña de marketing.
Aunque el alto contenido de proteínas de los insectos promueve propiedades saludables para los consumidores, muchos ya han insistido en confirmar que el contenido de grasa en estos nuevos productos también puede ser excesivamente alto.
Veremos, con el tiempo, si la revolución de los insectos tiene éxito en Europa o si debemos limitarla a una tendencia alimentaria reservada exclusivamente a países donde el acceso a la carne es mucho más complicado.
¿Comerías una hamburguesa de cricket?